Hallelujah-Aleluya. (King.Vidor, 1929)

El día de hoy, fui afortunado de ver esta maravilla de película, no solo por la buena compañía de la cual disfrute tanto como el mismo film; más de lo que esperaba sin duda. No soy un gran conocedor acerca de la negritud, sus implicaciones sociales, étnicas, culturales o raciales, sin embargo y al menos en cuestiones musicales, lo que más disfruto escuchar es de raíz negra: Rap, Reggae, Jazz, Blues, Soul, Ska, etc. Por lo tanto tengo conocimiento de causa por ese lado y un tanto acerca de las luchas sociales mantenidas en los 60’s por este sector de la población estadounidense particularmente, sus grandes atletas (boxeadores generalmente), y su comedia de tintes raciales con exponentes como Crhis Rock o Dave Chapelle.

El punto es que esta película, te remonta a las raíces de ciertas características inherentes a la forma tanto de hacer música, pensar y hasta la particular forma de hablar de los afrodecendientes. Y el valor de estos puntos es incalculable, te invita a reflexionar acerca de las condiciones de existencia de la gente, los factores que influyen en su comportamiento, como encuentran en la fe un camino que los aparta por un momento de la miseria y la exclusión, todo esto ligado a sus manifestaciones artísticas como la música, cuyo objetivo es plasmar en ella el sufrimiento de la esclavitud, la segregación, la desigualdad, pobreza y lo más importante, el deseo de terminar con estas condiciones, en todo sentido liberarse.

Esto tuvo lugar en la Cineteca Nacional, les recomiendo revisar la cartelera y si les es posible, pues acudan a verla, lo disfrutaran.

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