Crítica a "La primera reunión del Hip-Hop mexicano".



Resulta un tanto hilarante convocar, a la usanza del legendario “Cyrus” de los “Riffs”, a una reunión “del Hip-Hop mexicano”. ¿Por qué una reunión?, ¿cuál es el motivo?, resolver alguna problemática o planear acciones que coadyuven al desarrollo de un verdadero movimiento Hip-Hop en el país y no como una escena. (Por qué hay que recordar que la historia reclama la existencia de éste, como una manifestación de condiciones particulares que definieron su esencia liberadora como ha sucedido en general con las expresiones musicales negras contemporáneas. Una escena ya es, incluida toda la parafernalia necesaria para definirse como tal).

Pues según la misma convocatoria, los puntos a tratar son tres:

1. Realización de los premios Hip-Hop.
2. Marcha nacional del Hip-Hop.
3. Instauración del “día del Hip-Hop mexicano”.

Bien, vamos en orden.


¿Qué sentido tiene realizar una ceremonia de premiación a los exponentes mexicanos de cualquier corriente artística manifestada a través del Hip-Hop?, ¿acaso alcanzaremos el nivel del Rap norteamericano por imitar “The Source Music Awards”, “BET” o incluso a los “Grammy’s”?, yo no lo creo. Lo que sin duda se logra, además de pretender ser como, se reproduce una lógica simuladora, una puesta en escena que empeore la actual tragicomedia de “beefs” y otras disputas, de nacionalismos burdos, de abandono del discurso por la incapacidad de construir uno.

Y no quiero decir que no merezca reconocimiento quién se empeña en mejorar la calidad de su sonido, hablando de producción musical, masterización, instrumentales, en la innovación de un “álbum concepto”, el arte del proyecto, vídeos, etcétera. Sin embargo sigue sin valorarse del todo la estructura de un proyecto que funja como verdadero vehículo contracultural, contra las normas del sistema hegemónico que dio origen a la aparición del Rap. Por el contrario continuamos glorificando el sin sentido, las frases pomposas de prodigioso fluir y nulo contenido. Rendimos pleitesía a la calle, a lo que erróneamente decimos “ser real”, y adulamos el vicio, la violencia, el delito. No consideramos nunca que esas condiciones de existencia hayan sido provocadas, que sirva a alguien esa deplorable situación y así, sin más, las perpetuamos y las presumimos como trofeo.

De esta manera es insignificante un figurilla que galardone nuestras serias deficiencias en general.

¿Marcha nacional del Hip-Hop?, ¿a favor o en contra de qué o quién?, somos parte de una población despolitizada y sobre todo desinteresada en ese aspecto de gran importancia y lo menciono porque el marchar significa tomar partido por algo y manifestarlo así en ese acto político y social que supone dicha práctica. ¿Marchar para manifestar la existencia del Hip-Hop como una afirmación de nosotros mismos? No hay nada claro al respecto.

“Instauración del día del Hip-Hop mexicano”. Vaya idea. Ya puedo imaginar dicha fecha celebrando tan lánguida existencia y trascendencia de nuestro Hip-Hop, será igual que el día de la falsa independencia o la inútil Revolución mexicana. Celebraremos sin tener razón alguna, porque como en los ejemplos citados, nos hace falta mucho más que conmemorar cierto día del año, para dignificar el simbolismo y legitimar su razón de ser.

¿Construir la “cultura” Hip-Hop? A mi parecer, éste plan de acción no constituye más que un limitado intento sin posibilidades reales de éxito. Revisemos lo que es “la cultura” por definición, volvamos atrás a revisar la historia que reunió los factores que determinan el surgimiento de ésta manifestación de tinte contracultural, revaloricemos su función actual y las vías posibles para hacer del Hip-Hop, mexicano o no, un bastión de la resistencia ante el orden de cosas actual, impuesto por el libre mercado y el capitalismo más salvaje que se ha presenciado.

Un bastión que permita, por medio de las expresiones artísticas que en conjunto dan forma a éste movimiento, crear, impartir y preservar el conocimiento, el lenguaje, la literatura, la pintura, el baile, la creación, la conciencia, la rebeldía. Que sea el Hip-Hop la herramienta que permita contribuir a la re-humanización, a la conquista de la libertad, la paz y la justicia.

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