"Una extraña locura se ha apoderado de las clases obreras de los países en que reina la civilización capitalista. Esa locura es responsable de las miserias individuales y sociales que, desde hace dos siglos, torturan a la triste humanidad. Esa locura es el amor al trabajo, la pasión moribunda del trabajo, que llega hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de su prole.
En vez de reaccionar contra tal aberración mental, los curas, los economistas y los moralistas, han sacro-santificado el trabajo..."
Apología a la pereza. Refutación al trabajo alienante. El yerno de nuestro querido Marx, sostuvo una idea que debe ser replanteando aún ahora, con más razón, en esta etapa voraz del capitalismo salvaje.
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